lunes, 1 de febrero de 2010

El disparo certero del cuento

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La realidad está atravesada por extraños sucesos y misteriosas adversidades. Nos perdemos a altas horas de la noche en un barrio peligroso de Buenos Aires. Los trenes colapsan, los vagones comienzan a incendiarse, hay gritos, humo, gente que corre. Dios está desconcertado mirando el mundo mientras toma la decisión de encender su primer cigarrillo. Una mujer y un hombre no pueden encontrarse pero determinan relaciones simbióticas y suicidas. La ciudad se resquebraja y comienza a caer en un escenario contradictorio e inhumano. Las vidas piden auxilio porque han quedado en manos de tecnócratas fundamentalistas.


Y de repente, una avalancha de Alfileres de Gancho cae para mostrar cómo el mini cuento puede ser el espejo narrativo de las contradictorias y peligrosas características que plasma el cuento moderno.

Estas micro ficciones fragmentadas por el desperdigamiento y la velocidad de los tiempos que vivimos, corren el telón de la frívola e irónica realidad, para dar paso a los factores que oscurecen la existencia: incredulidad, egoísmo, incertidumbre, celos, odio, resentimiento, perversión, autoritarismo. Asimismo, nadie puede escapar a estos factores; los personajes, el lector, los acontecimientos, están atrapados en esa mala espina que no deja de incrustarse.

Gregorio Angelcos, es un escritor que ha decidido construir el entramado narrativo en el cosmopolitismo; espacio donde la ciudad es el mundo y el mundo termina siendo la ciudad. Todos los hombres se desplazan más allá de los límites fronterizos entre países, pero la urbanidad llega a un punto de tensión que termina expulsando o marginando la vida. La vulnerabilidad es inminente en la violenta y escandalosa urbe, por lo tanto, también estará presente la indefensión y el desconcierto cuando el lector recorra el libro con el vértigo de una ruleta rusa.

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La literatura de Angelcos es una crónica a destajo de los conflictos como la soledad, la incomprensión, el desencuentro amoroso, los hipocresía, la incomunicación, el complicado acontecer del hombre moderno, la vida subsumida al consumo.

Alfileres de Gancho tiene la contundencia en el lenguaje, el despojo del ornato, y el golpe despiadado y certero que suele caracterizar al cuento moderno. Las lecturas de estas narraciones son comparables a pequeños flashes de filmaciones cinematográficas, que ingresan a la pupila de manera intrépida, mientras rememoramos a autores como Rubem Fonseca, Flannery O´Connor, Augusto Monterroso, Samanta Schewblin, entre otros, que despliegan el oficio de disparar un cuento al medio de la frente.

En el cuento moderno hay un realismo brutal, descarnado, cierta perversión y malicia que da cuenta de las circunstancias nihilistas que están sufriendo las personas. Porque, se ha dejado de vivir, para comenzar a sobrevivir. Finalmente, la vida en la ciudad se ha transformado en algo adverso a los ciudadanos.

El libro Alfileres de Gancho construye una arquitectura maldita, capciosa, para un lector atento y desconfiado. Un lector que deberá estar dispuesto a descubrir en este libro, la narrativa que cuenta estos días atroces.

Valeria Zurano

Buenos Aires, Febrero de 2010


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