lunes, 1 de febrero de 2010

Prólogo


Empiezo a leer el libro con mucho cuidado, cautela necesaria para no sangrar con alguno de estos alfileres de gancho tan filudos, sarcásticos, punzantes como resulta ser cada uno de los microcuentos que componen el más reciente libro del escritor Gregorio Angelcos, nacido a la literatura en plena dictadura como todos los que formamos parte de la mítica generación de los 80 en Chile.

Alfileres de Gancho es un libro notable: cuentos breves, microcuentos y títulos que operan también como historias paralelas, una especie de correlato del cuento dentro del cuento, como las cajas chinas o las muñecas rusas. Asistimos, los lectores, al despliegue de giros emotivos, cuya gama opera en este libro como un abanico de ideas, historias, personajes, situaciones que van capturando al lector en una atmósfera donde las emociones que se tambalean desde el humor al amor; desde el horror al error; desde el acaso al ocaso; desde la observación a la subversión.


Sexualidad Corporativa

Follaba como loca, y cómo no, si era la directora del hospital psiquiátrico.


Me conmociona la lectura de este libro; tantos alfileres de gancho que se quedan prendidos en el disco duro de las lecturas predilectas. Un libro para volver muchas veces.

¿Hay algo más difícil que el microcuento? Podría ser la poesía, y no es casual porque ambos operan desde la síntesis y desde la imagen y la sugerencia más que en ningún otro género o subgénero literario.

La opinión del escritor argentino Alejandro Ramón vertida en relación al libro anterior del mismo género, 69 puñaladas a la realidad opera exactamente en la misma dimensión para este libro cuando señala que: “Gregorio camina por la débil frontera entre la provocación y el goce estético, arremetiendo contra las instituciones, desafiando las convenciones morales, insertando visiones políticas con ironía y humor”.


Fórceps global

El niño no quería nacer, pero su madre lo condenó a vivir el día de su parto.


Celebro a Gregorio Angelcos que honra el género, recuerdo el gran acierto de algunos críticos cuando afirmaron que nuestro escritor es uno de los iniciadores del microcuento en Chile.

Siento una admiración profunda por la literatura del escritor Angelcos, un pensador, un intelectual, un creador que dignifica la tarea de ser escritor en Chile.


Teresa Calderón

Santiago, enero, 2010

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